Querido alumno.
Leí emocionada la carta que me habeis enviado y retribuyo en todo lo que me es posible tus palabras afectuosas. Quiero decirte que no esperaba llegar hasta allí y encontrame con una confesión como esa. Un joven tan lleno de vida llevaba alojado un tumor en su cerebro. Recuerdo que al oirte no quise ni respirar, sólo quise mirar adentro de tus ojos y confirmar lo que intuía. Que la vida estaba allí, dentro tuyo, con toda su fortaleza juvenil. Vi vida.
Guarde silencio y sólo escuche. Quise decir lo siento pero me sonó innecesario. Muchas palabras acudieron a mi boca pero las deseché todas . Sólo quiero que sepas que mi corazón estuvo con el tuyo y lo abrazó con todo el amor fraternal del que fue capaz.
A la distancia estás en mis pensamientos y te acompaño en tu caminar el que, sin lugar a dudas , tiene una razón de ser.
Estimado, en la medida que mantengas en tu corazón toda esa paz, podrás lograr que este camino sea un buen camino
Que siempre tu guía sea tu corazón
Afectuosamente para tí y los tuyos
Tu profesora
miércoles, 18 de julio de 2007
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